martes, 22 de mayo de 2007

LA HIENA SE FUE DE BAILANDO



hoy martes 22/05/07 la hiena barrios abandono la competencia "bailando por un sueño".

dijo que en diciembre tiene una pelea y que no puede con todo por que es muy difícil con el tema del pesaje ( perdió un titulo mundial por exeder el peso en 600 grs), y se hace muy complicado tanto exfuerso llevando tan estricta dieta.


bueno en mi opinión la hiena abandono por que no quiso pasar vergüenza, creo que llego demasiado y que tiene todo el apollo del publico. y si hiena te re banco, igualmente metele al boxing por que vailando es un peso pluma en frente de un super persado.


creo que ahora no voy a mirar bailando, por que lo miraba por la hiena que me hacia cagar de risa. hiena capo, aguante.

GIBRÁN KHALIL GIBRÁN "EL LOCO"


si, cualquiera que lea este libro va a asegurar que el escritor esta loco. no se trata de una novela si no de un libro lleno de fabulas que se van por la tangente y dentro de esta modalidad un poco delirante se encuentran cosas muy pensadas y que dejan una cierta enseñanza, duda, sorpresa o ganas de pasar al siguiente escrito.
además es un libro de cuentos cortos, que es mas entretenido que leer grandes párrafos, bueno es un libro muy recomendable.

MANDAME UN E-MAIL A martinsurfmda@gmail.com y te lo mando gratis, es muy liviano.

transcribo un parte para que se den una idea:


LOS DOS ERMITAÑOS

En una lejana montaña vivían dos ermitaños que rendían culto a Dios y que se amaban uno al otro.
Los dos ermitaños poseían una escudilla de barro que constituía su única posesión.
Un día, un espíritu malo entró en el corazón del ermitaño más viejo, el cual fue a ver al más joven.
-Hace ya mucho tiempo que hemos vivido juntos -le dijo-. Ha llegado la hora de separarnos. Por tanto, dividamos nuestras posesiones.
Al oírlo, el ermitaño más joven se entristeció.
-Hermano mío -dijo-, me causa pesar que tengas que dejarme. Pero si es necesario que te marches, que así sea. Y fue por la escudilla de barro, y se la dio a su compañero, diciéndole
-No podemos repartirla, hermano; que sea para ti.
-No acepto tu caridad -replicó el otro-. No tomaré sino lo que me pertenece. Debemos partirla.
El joven razonó:
-Si rompemos la escudilla, ¿de qué nos servirá a ti o a mí? Si te parece, propongo que la juguemos a suerte.
Pero el ermitaño persistió en su empeño.
-Sólo tomaré lo que en justicia me corresponde, y no confiaré la escudilla ni mis derechos a la suerte. Debe partirse la escudilla.
El ermitaño más joven, viendo que no salían razones, dijo:
-Está bien: si tal es tu deseo, y si te niegas a aceptar la escudilla, rompámosla y repartámosla.
Y entonces el rostro del ermitaño más viejo se descompuso de ira, y gritó:
- ¡Ah, maldito_ cobarde! no te atreves a pelear, ¿eh?


EL PERRO SABIO

Un día, un perro sabio pasó cerca de un grupo de gatos. Y viendo el perro que los gatos parecían estar absortos, hablando entre sí, y que no advertían su presencia, se detuvo a escuchar lo que decían.
Se levantó entonces, grave y circunspecto, un gran gato, observó a sus compañeros.
-Hermanos -dijo-, orad; y cuando hayáis orado una y otra vez, y vuelto a orar, sin duda alguna lloverán ratones del cielo.
Al oírlo, el perro rió para sus adentros, y se alejó de los gatos, diciendo:
-¡Ciegos e insensatos felinos! ¿No está escrito, y no lo he sabido siempre, y mis padres antes que yo que lo que llueve cuando elevamos al Cielo súplicas y plegarias son huesos, y no ratones?